El hombre gris con saco
Hace un par de meses conocí a un tipo, de esos que pasan desapercibidos en la calle. Pues resultó tener algo en particular este buen hombre, y ese algo era un ego inconmensurable. Esa caracteristica particular la intuí al poco tiempo de conocerlo.
Ocultaba tras un pseudonimo, su nombre, un nombre común y corriente. Hacía que la gente lo llamara por su mote. Yo no entendía claramente el porque. Después descubri que con un poco de retorica y otro poco de imaginación había bautizado a una de sus creaciones de la misma forma como él se hacía llamar. Después me di cuenta que se refería a sí mismol en plural, decía "nosotros". Ah, me hacía recordar al politico que salía en el noticiero de la mañana. ("Nosotros", ambos se referían a sus egos y ellos mismos, pero bueno...) Algo más que me hizo prestarle atención a este hombrecito, era que no perdía oportunidad de hablar de sí mismo y sus creaciones, el problema era que él, en sí mismo, era bastante aburrido y además, sus creaciones se limitaban a una, su opus homonimus. Al tiempo, descubrí que siempre al hablar hacía un movimiento extraño, como si se cerrara el saco. Trajera saco o no. Me intrigaba saber de dónde había aprendido ese ademán. Finalmente entendí que todo esto que hacía el hombrecito era con la única y exclusiva finalidad de que alguién le prestara atención. Supe que soñaba con ser alguien, con que su nombre fuera conocido por muchos y su figura reconocida al instante.
Realmente no se qué pasó con él, pero creo haberlo visto alguna vez en una calle que ya no recuerdo.
Ocultaba tras un pseudonimo, su nombre, un nombre común y corriente. Hacía que la gente lo llamara por su mote. Yo no entendía claramente el porque. Después descubri que con un poco de retorica y otro poco de imaginación había bautizado a una de sus creaciones de la misma forma como él se hacía llamar. Después me di cuenta que se refería a sí mismol en plural, decía "nosotros". Ah, me hacía recordar al politico que salía en el noticiero de la mañana. ("Nosotros", ambos se referían a sus egos y ellos mismos, pero bueno...) Algo más que me hizo prestarle atención a este hombrecito, era que no perdía oportunidad de hablar de sí mismo y sus creaciones, el problema era que él, en sí mismo, era bastante aburrido y además, sus creaciones se limitaban a una, su opus homonimus. Al tiempo, descubrí que siempre al hablar hacía un movimiento extraño, como si se cerrara el saco. Trajera saco o no. Me intrigaba saber de dónde había aprendido ese ademán. Finalmente entendí que todo esto que hacía el hombrecito era con la única y exclusiva finalidad de que alguién le prestara atención. Supe que soñaba con ser alguien, con que su nombre fuera conocido por muchos y su figura reconocida al instante.
Realmente no se qué pasó con él, pero creo haberlo visto alguna vez en una calle que ya no recuerdo.
1 Comments:
A mí sólo me gusta El hombre del traje gris, del reverendo Sabina. Aquel que saca un sucio calendario y dice: "¿quién me ha robado el mes de abril? Lo guardaba en el cajón, donde guardo el corazón". Claro, una cosa es el traje gris del hombre, y otra muy diferente el hombre gris del saco.
Publicar un comentario
<< Home