El cielo seguía cayéndose a pedazos. Él se sentó en el piso y acomodó la cabeza entre las piernas. Las lágrimas se mezclaban con el agua que le escurría del pelo.
En ese momento nada importaba, sólo tenía una idea que lo embestía una y otra vez: quizá Ella tenía tantos defectos como Él.
Etiquetas: ideas recurrentes, lluvia, media noche